México no es el mismo que hace 82 años: Ahora somos una sociedad más
participativa, más vigilante, más crítica. En 1985 vimos el poder de la
sociedad civil y la solidaridad del pueblo en torno a una catástrofe
natural. En 1997 vimos que se puede
tener un Congreso con mayoría de oposición. En 2000 fuimos testigos de la
alternancia presidencial. En 82 años ha habido grandes e importantes progresos
políticos, económicos y sociales. En
2012 veo una sociedad que no se conformará con cualquier cosa.
Lo que me da tristeza es
ver a un país dividido, roto y amenazante.
Me da tristeza ver que nos volvemos contra nosotros mismos, que
ofendemos abiertamente a quien opina de manera diferente. Me da tristeza ver la arrogancia en los
insultos que circulan por la red y en persona.
Quiero pensar que
aprenderemos de esto; quiero pensar que comenzaremos a ser más empáticos con el
otro en una sociedad profundamente desigual.
Quiero pensar que aquéllos que vociferan por el proceso y los resultados
electorales hacen algo por eliminar la discriminación racial, que ayudan a
alguien en aprietos, que respetan las señales viales, que no tiran basura en la
calle, que no le cortan el árbol al vecino sin avisarle porque le echa hojas en
su casa, que educan a sus hijos en un ambiente de respeto, que pagan salarios
justos, que pagan sus impuestos, que no van a hablar con el director para que
suba la nota al hijo. Quiero pensar que
estos ejemplos – que todos hemos dado - pronto serán cosa del pasado. Quiero pensar que el activismo es una actitud constante y no solamente electoral.
México ha
progresado en estos 82 años: nos informamos, nos atrevemos a opinar, somos
observadores electorales, hacemos cosas para conocer y valorar las acciones
diarias del gobierno.
México no
es el mismo de hace 82 años: Tenemos
instituciones políticas, tenemos una ley de transparencia, tenemos una ley de
desarrollo social, tenemos una economía sólida y en crecimiento, tenemos
organizaciones civiles. Así que, no, no hemos ido hacia atrás. Y continuar
hacia adelante depende en gran medida de nosotros.