Una vez vi una pelota de ligas,
me encantó
porque
1) adoro las pelotas
2) me gustan mucho más las ligas!
Sin embargo, no la compré.
Pero hay días que así me siento. Como si mi mente fuera una pelota de ligas.
Es un embrollo de ideas (y de emociones). ´Ta cañón separar unas de otras.
Sin embargo, juntas forman una pelota y se ven chidas.
Tal vez no es tan malo tener ese embrollo.
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