bah. me habían invitado a una fiesta... me insistieron e insistieron hasta que dije "ok, bueno va!". y entré...
me la pasé muy bien!! punchis punchis, estaba con madre todo.
justo cuando el ambiente se estaba poniendo mejor, cordialmente y sin darme cuenta bien cómo, me sacaron por la puerta trasera y me dejaron fuera.
"¡epa!"- pensé yo.
amablemente me invitaron a quedarme afuera, sin darme explicación alguna.
ahí me quedé sentadita un rato, esperando a ver si me volvían a invitar a entrar... pero no... de repente solamente me gritaron por la ventana y estuvimos platicando un ratito. pero después se fueron y cerraron la ventana.
dije "¿qué hago pues?" - ¿timbro? ¿me voy? - a final de cuentas, yo ni quería ir a la fiesta en un principio... pero sí me la estaba pasando muy padre, hasta había considerado quedarme un buen rato (como ejemplo, había dejado mi chamarra y otros triques allá adentro, ya estaba poniéndome cómoda).
mta. ¿qué hacer?
esperé tantito... y luego toqué quedito, muy quedito, a la puerta.
no quise timbrar, por no molestar y por dejar la duda que tal vez no me abrían porque no escucharon los toquidos.
pero pues no, nada.
no hubo respuesta.
así que, supongo, es hora de partir.
ni modo, dejé mis chivas allá adentro, pero qué le hago... a lo mejor un día me las encuentro en la basura o me las mandan por correo, ¡qué se yo!
pero, dignamente, saco mi trompeta y doy la retirada...
... y sigo mi camino...
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