yo decidí tener un ritual muy propio, muy simbólico. bueno, en realidad pensé en algunas ridiculeses como poner velitas encendidas en el río y dejarlas ir, ir, ir... también pensé en quemar y tirar tus recuerdos y las cosas que me llevaran a ti. algunas veces salí extasiada con mis amigos, otras veces lloré a la más mínima provocación. también vi películas (algunas amorosas y otras no tanto, para no echarle más sal a la herida). me emborracé, salí, caminé, corrí, hice ejercicio, comí mucho, no comí nada, platiqué, lo negué, grité, me quedé en silencio, guardé muchas cosas y otras las discutí.
sin embargo, siempre tuve un ritual, como dije, muy propio, muy mío, muy simbólico: el último día que pinté mis uñas fue el último día que estuve contigo. entonces decidí dejar que poco a poco la pintura fuera cayendo y se fuera desgastando en su propio ritmo y a su propio paso. tal vez se veía muy naco o descuidado, pero no me importa. ese fue el tiempo que me di para sobrellevar todas estas emociones y sacarte definitivamente de mi vida.
hoy, casi no queda nada de esmalte.
y lo que queda, lo quitaré con acetona.
1 comment:
Realmente podría deprimirme,
Enrollarme dentro de mis tripas,
Llorarte en mil pedazos,
Coleccionar futiles intentos de autocompasión,
Deplorar lo que alguna vez casi fuiste,
Acuchillarme en tu dolor,
Almacenar días y noches deshidratándome con las uñas enterradas en el pavimento.
Pero no puedo...
Las lágrimas arruinarían el maquillaje.
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