generalmente, alguien que ha pasado por el proceso de un doctorado te habla sobre los retos intelectuales, el rigor académico, cómo formular la pregunta de investigación, las largas horas de trabajo, los "drafts", la defensa de tesis, la gran recompensa que se obtiene al final.
hoy, sin embargo, voy a hablar de lo que poca gente me ha dicho, de todas esas cosas "paralelas" y de las cosas que uno tiene que hacer para sacar adelante el famoso titulito que un día me hará ser Dr. V.
Las enlisto a continuación, sin orden particular ni de tiempo ni de importancia ni de ninguna otra índole:
- Las madrugadas que todavía son de noche, en las que uno despierta o uno va a dormir o ya no importa si voy o vengo o me levanto o me acuesto.
- Kilos y kilos de café que me han hecho dependiente, pero que también me han dado excusas para descansar y para conocer amigos.
- Las 18 gallinas que cuidé durante un verano, con su respectiva recolecta de huevos.
- Caminar en lluvia, nieve, hielo o ventarrón hacia una reunión.
- El contar el dinero a fin de mes, sabiendo que no queda nada en el banco, como si por contarlo se fuera a multiplicar.
- La incertidumbre de no saber dónde viviré el próximo año o dónde estaré en unos meses. Y aprender a vivir con ello sin volverme loca.
- ¿Vacaciones?
- Las cajas y cajas de papeles y libros y notas que no se pueden tirar "por si acaso se necesitan".
- El no tener más temas de conversación que vayan más allá de la tesis.
en fin.
espero que el daño sea reversible.
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