20 años después, he vuelto al aerobics.
¡me ha encantado!
los mismos pasos... cadena, sentadilla, mambo....
20 años después, algunas cosas han cambiado:
me duelen las piernas después de un rato
y me tiemblan cosas que antes no se movían;
1,2,3,4...5,6,7,8.
me canso más y salto menos,
pero también me importa menos el qué dirán sobre cómo me veo,
me siento más libre al saltar
y me agacho sin inhibiciones;
crujen cosas que antes no crujían
y me detengo muchas más veces a agarrar aire;
pero el ritmo sigue ahí
cuatro pasos al frente, cuatro pasos atras;
y los pasos grabados en mi memoria;
costado, costado, ¡aplauso arriba y alto!
y la motivación del grupo.
20 años después,
dos maestrías y un doctorado,
varias mudanzas y cambios de país,
haber encontrado a mi marido,
un sobrino y otro por llegar,
mis padres en otro estilo de vida,
mis hermanos en otro estilo de vida,
mis amigos en otro rumbo,
cada quien en su camino
y los reencuentros de cuando en cuando,
la familia creciendo y cambiando,
me doy cuenta que nunca es tarde para hacer algo,
no me importa que salten cosas que antes no saltaban
ni que duelan partes del cuerpo que antes no dolían,
20 años después,
¡sigo viva!
¡me ha encantado!
los mismos pasos... cadena, sentadilla, mambo....
20 años después, algunas cosas han cambiado:
me duelen las piernas después de un rato
y me tiemblan cosas que antes no se movían;
1,2,3,4...5,6,7,8.
me canso más y salto menos,
pero también me importa menos el qué dirán sobre cómo me veo,
me siento más libre al saltar
y me agacho sin inhibiciones;
crujen cosas que antes no crujían
y me detengo muchas más veces a agarrar aire;
pero el ritmo sigue ahí
cuatro pasos al frente, cuatro pasos atras;
y los pasos grabados en mi memoria;
costado, costado, ¡aplauso arriba y alto!
y la motivación del grupo.
20 años después,
dos maestrías y un doctorado,
varias mudanzas y cambios de país,
haber encontrado a mi marido,
un sobrino y otro por llegar,
mis padres en otro estilo de vida,
mis hermanos en otro estilo de vida,
mis amigos en otro rumbo,
cada quien en su camino
y los reencuentros de cuando en cuando,
la familia creciendo y cambiando,
me doy cuenta que nunca es tarde para hacer algo,
no me importa que salten cosas que antes no saltaban
ni que duelan partes del cuerpo que antes no dolían,
20 años después,
¡sigo viva!
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