2. Sobre Bardas y Castillos. Recibí una llamada y me dijeron que vendrían a visitarme. Hacía mucho no recibiría una visita que valiera la pena. Dije sí con todas mis ganas y toda mi esperanza. Me acerqué a la puerta a esperar el timbre, pero nada. Me quedé sentadita un rato ahí al lado pues seguía recibiendo llamadas, correos, mensajes por paloma, señales de humo y confirmaciones de interés. Pero nada. Un día me cansé y dije "bueno qué, vienes o no?" Y recibí una larga y complicada respuesta. No se qué hacer. Mientras decido, supongo, vuelvo a poner el candado a la puerta, sus mil cerrojos, la alarma non-plus-ultra y cierro las cortinas. Las paredes de mi Castillo siguen altas y firmes; nadie entra. De cuando en cuando subo por la escalerilla que acomodé, trepo y me asomo por el filo de la Barda a ver quién merodea por ahí, aunque acepto que estoy con llave en mano y teléfono en el bolsillo por si acaso...
3. TRUST. Actúo bajo el principio de la confianza. Siempre lo he pensado y estoy convencida que prefiero confiar a no confiar; prefiero pensar que la gente actúa de buena fe (y si hacen algo malo es por ignorancia o por confusión o mera pendejez y no por querer hacer un daño realmente). Prefiero confiar y aunque a veces es difícil y aunque me cueste arriesgar el espíritu y aunque me haya ganado una multitud de heridas, prefiero confiar. Cada vez que me encuentro en una encrucijada como esta pienso si debo creer, si todo es mentira o alguna excusa barata, o si debo confiar. Y estando consciente del posible resultado y de que las consecuencias pueden ser duras y feas y dolorosas, decido confiar. Dicen que la esperanza es lo último que muere, tal vez esta sea hermana gemela de la confianza y prima de las lágrimas.
1 comment:
No esperes nada de nadie ese es mi mejor consejo, lo que sea que llegué, llegará gratamente y con sorpresa, y si no llega... no lo estabas esperando.
Post a Comment