Thursday, September 23, 2010

¿en qué trabajas?


Desde mi llegada, Oxford me enamoró. Me sedujo, me atrajo y me hizo querer quedarme. Me hizo sentirme parte de él, estar en sintonía con los alrededores. y con la gente. Una de las cosas que más me gustaron fue que no hay que dar explicaciones, ni por qués ni para qués. En Oxford, uno hace y deshace a su modo. Nadie cuestiona, nadie pregunta si esto sirve para algo. Se asumen muchas cosas, se asume que estás aquí por algo, que todas las personas tienen credenciales más que suficientes (aunque hay quien vive en la tarea de recordarlo al resto del mundo), que hay cierto nivel de inteligencia, que las motivaciones son similares. Todo esto me encanta(/ba) de Oxford. No estoy segura si lo sigue haciendo del mismo modo. Me explico: es genial no tener que explicar por qué estoy donde estoy y por qué hago lo que hago. Pero de alguna manera, se me ha olvidado salir al mundo; se me ha olvidado darme a entender en el mundo real. De repente, uno llega a una edad donde lo "lógico" es que a uno le pregunten "¿de qué trabajas?". Y no tengo ninguna respuesta preparada; en parte porque nunca la he necesitado y en parte porque es un poco vergonzoso decir que a mi edad "sigo estudiando". En Oxford es normal; en Oxford está bien visto. Fuera, no estoy muy segura. Bueno, sí, en realidad, técnicamente también trabajo (aunque no debería). He hecho de esto y de aquello. Ah! También de eso otro... y de eso más. La verdad es que sigo viviendo una vida de estudiante con cupones de descuento, con una tarjeta de identificación, ...con una dinámica de estudiante. Eso mismo que me enamoró ahora me hace salir, me hace darme cuenta que ya no me es suficiente una vida de resguardo donde todo mundo hace lo mismo y donde -irónicamente, donde la gente cuestiona y pregunta y argumenta- no se cuestiona ni pregunta ni argumenta por qué hacemos lo que hacemos.
Todo tiene su fin. Me gusta cuando las cosas llegan a su fin sin manera forzada, sino a su ritmo. Mi ritmo me lleva a terminar esto. Poco a poco, me he ido cansando. Poco a poco, y estando segura de haber llenado mi copa y haber aprovechado esta vida, siento que es tiempo de dejarla. Es tiempo de salir al mundo real, al mundo donde la gente trabaja y compra casas y tiene vacaciones y hace cosas. Llego un poco tarde al mundo adulto, bien paseada, bien vivida, bien parrandeada, bien estudiada, pero llego. Llego feliz, llego con ánimos de tomar rumbos nuevos y caminos no andados. Llego con ganas de explorar situaciones nuevas. Nunca pensé querer dejar Oxford, pero ha llegado el momento. En un proceso lento, he ido abandonando sus comedores y sus fiestas y sus cafés intelectuales y sus callejones y sus tiendas de la esquina y sus lugares donde venden paninis. Me retiro a buen momento, me retiro en el momento donde puedo mirar hacia atrás y recordar con una sonrisa lo bien vividos estos casi cinco años. Recuerdo el momento en que llegué y recuerdo el momento en que decido partir, para el día que desee regresar lo haga con ganas de añorar una vida bien vivida.

1 comment:

Anonymous said...

Gracias por compartirnos tu etapa de transición!! Te quiero mucho! Tere